TE CONTAMOS LOS ASPECTOS MAS IMPORTANTES PARA TENER EN CUENTA SOBRE REVESTIMIENTO DE PAREDES

Cubrir las paredes del hogar es un tema que va más allá de una simple aplicación de pintura de un color de tendencia y moda. Se trata de estampar la personalidad única convirtiendo el espacio en el aliado perfecto para que la estancia en un espacio resulte acogedora y atractiva.

La paleta cromática juega un papel fundamental, pero también lo son los materiales sobre los que se asentará. Los textiles son una alternativa que gana puntos extra, aquí te contaremos por qué.

Este tipo de materiales estuvo en máxima tendencia durante las décadas de los años 60 o 70, sin embargo, actualmente han regresado con fuerza. Si lo que deseas es renovar la imagen de tus espacios sin tener que recurrir a demasiadas reformas, pero con resultados visibles, esta puede ser la opción adecuada para ti.

En principio, una de sus características es que absorbe el ruido y mejora la acústica de las habitaciones, lo que cual juega a favor como un estupendo aliado acústico de los espacios.

No solo añade color y textura a los muros, sino que además les brinda a los espacios un toque de calidez, sutileza y elegancia. Es todo un universo por descubrir, debido a su gran variedad de diseños.

El mantenimiento y el precio son los principales hándicaps de los revestimientos textiles, sin embargo, debes considerar que son un excelente aislante acústico y que además tienen una larga y extensa vida útil, motivo por el cual es una inversión inteligente y valiosa.

 En el mercado podrás encontrar gran variedad de revestimientos textiles. Las diferencias se basarán principalmente en la técnica usada para su fabricación o el tipo de tejido.

El buen estado de las paredes es un aspecto determinante para que el resultado tenga la calidad esperada, pues estas deberán encontrarse limpias, secas y lisas. En cuanto  a su mantenimiento, sugerimos pasar la aspiradora sobre su superficie al menos una vez cada quince días, si se manchan, recomendamos limpiar la zona con un paño húmedo, agua y jabón neutro.